Mucho se ha hablado en los últimos tiempos sobre el autismo, un padecimiento relacionado con las habilidades sociales que afecta a un gran número de personas en todo el mundo. En Estados Unidos, por ejemplo, los diagnósticos apuntan a que uno de cada 54 niños está dentro del espectro.
En conversación con el doctor César Blumtritt, especialista en Psicología Médica y con otros títulos como un doctorado en Psicología y Neurociencia Cognitiva Aplicada, exploramos un poco el tema del autismo y su repercusión en la sociedad.
El autismo en los adultos es quizás un tema poco abordado, ¿lo considera así?
Hace unos seis o siete años solo pensábamos en el autismo en los más pequeños, pero hoy estamos pensado en los adultos y eventualmente en los adultos mayores. Ha habido una reimaginación al respecto y eso nos beneficia a todos. He hablado con muchas personas adultas con autismo que se quejan de que los padres no les dijeron sobre su condición cuando eran chicos.
¿Cómo se ve el mundo desde el autismo?
Es un mundo muy conflictivo para ellos: no entienden el concepto de lo que pueden ser las relaciones sociales, por ejemplo. Es válido aclarar que no son personas enfermas, sino diferentes. Quien padece esta condición tiene problemas con la comunicación y las conductas que son restrictivas y repetitivas.
Existe un desafío social en el que tenemos que centrarnos para ver qué hacemos y cómo apoyamos a estas personas para que tengan una inclusión. También tener en cuenta que hay otras circunstancias relacionadas con la salud mental en donde hay situaciones que se deben apoyar. Ellos tienen más depresión y ansiedad que las personas normales y la tasa de suicidios es mucho más alta.
¿Es el autismo nato o hay factores que influyen?
En el autismo hay un tema que tiene ver con lo genético, pero hay ciertas condiciones ambientales que no sabemos cuáles son. Cuando comencé a interesarme en el espectro, de cada mil personas nacía una con el padecimiento. Hoy, de 54, una tiene la condición. Hay mejores diagnósticos, pero yo veo muchos más casos y han pasado 20 años.
Es muy importante la detección y prevención temprana. A los 12 meses podemos sentir que algo puede estar pasando. ¿La persona ideal para hacerlo? La mamá o el médico pediatra. Sin embargo, hay un problema con los padres y es el de la negación. Esto significa que ignoran los síntomas que presentan sus hijos.
Normalmente la conducta se modifica. Mientras más pronto comenzamos a trabajar con ellos más posibilidades tendrán en el futuro.
¿Cómo ayudar a una persona con autismo a ser parte de la sociedad?
Basado en la individualidad es que hay que preparar a esa persona para una inclusión social y laboral teniendo en cuenta sus fortalezas y no sus debilidades. En el proceso de generar las condiciones hay que trabajar bastante para que esos derechos se puedan alcanzar. Necesitamos que sean conscientes.
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